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Menorca es cultura, es gastronomía, es naturaleza, es historia, es tradición. Por todo ello, se trata de un destino ideal para parejas o grupos de amigos de mediana edad que busquen un lugar tranquilo en el
que pasar unos días de vacaciones disfrutando de experiencias de gran riqueza.
Un buen momento para visita Menorca es en primavera o en otoño, cuando el calor no aprieta tanto y la isla está más tranquila que durante la temporada estival. Es entonces cuando se puede conocer en
profundidad la ‘Menorca slow’, que se caracteriza por su ritmo sosegado, por la paz que desprenden sus paisajes y por la hospitalidad de sus gentes.
Recorrer las calles empedradas de Ciutadella, comer en el puerto de Mahón, uno de los puertos naturales más grandes del mundo; visitar algunos de los increíbles yacimientos arqueológicos, probar los platos más típicos de la gastronomía menorquina o disfrutar de la grandeza de la fortaleza de La Mola. ¡Las posibilidades son muchísimas! Tan sólo hay que relajarse y dejarse llevar…
